[ ✍🏻 Enviado por: AMBULANCIAS MADRID]
Contenidos interesantes en este artículo:
La ambulancia cómo transporte de enfermos
Tanto las ambulancias privadas como públicas, tal como las entendemos hoy, es un concepto relacionado con los medios de transporte.
El padre del concepto de ambulancia moderna fue el barón Dominique Jean Larrey (1766-1842), cirujano jefe de la Grande Armée de Napoleón Bonaparte. Larrey dio a luz a la ambulancia, un medio para transportar a los heridos y proporcionar un saludable intercambio de aire.
Decidió construir dos vagones distintos: uno para transportar a dos heridos y otro para transportar a cuatro heridos. Con esta visión, Larrey ayudó a salvar miles de vidas durante la batalla.
Antes, la gente esperaba hasta el final y los que tenían una esperanza de sobrevivir se desangraban por falta de ayuda.
Más tarde, se crearon cuerpos de camilleros y enfermeras. Este sistema de rescate fue presentado por primera vez en 1797 en Udine por Napoleón y su Estado Mayor.
Con el paso de los años, los métodos de transporte y las modalidades mejoraron visiblemente. Hacia finales del siglo XIX, los prusianos empezaron a utilizar camillas con ruedas que podían ser transportadas por un solo socorrista (o por un animal).
Estas camillas casi siempre permitían la privacidad de la cara del paciente gracias a los toldos plegables.
El nacimiento de los «vagones ambulancia”
Durante la Tercera Guerra de la Independencia (1866) empezaron a aparecer los primeros vagones ambulancia. Se diseñó un vehículo montado sobre cuatro ruedas y siete muelles capaz de transportar a ocho heridos.
Alessandro Locati perfeccionó la idea de Bertani y se hizo famoso en la exposición de 1876 en Filadelfia.
En 1882 nace en Europa la Asociación de Ambulancias de Saint Andrews, que opera en toda Escocia, y en 1887 la piedra angular de la Commonwealth: la Brigada de Ambulancias de San Juan.
En La Spezia, en 1892, más de 50 asociaciones se reunieron y «premiaron» el carro ligero. El espacio interior permitía que incluso un reanimador se pusiera al lado del paciente.
Con la construcción de grandes hospitales, también se crearon servicios de ambulancia que dependían de ellos y, hacia los años 20, se empezó a favorecer al coche.
Del vagón al coche
El coche fue el punto de inflexión: estaba equipado con una única camilla central y permitía que hubiera tres asistentes a bordo del vehículo. Las grandes ambulancias comenzaron a tomar las características actuales.
El estallido de la Segunda Guerra Mundial provocó un rápido desarrollo de los vehículos, y la Cruz Roja comenzó a centrarse en el trabajo de rescate civil.
En 1959, aparecieron en España las luces azules intermitentes obligatorias: la filosofía era correr siempre al hospital.
La España de los años 60 era el reino de las furgonetas, que constituían la base de la mayoría de las ambulancias. Los interiores eran sencillos y espartanos, y la camilla era bastante pesada y debía colocarse en un carrito al llegar al hospital.
En los últimos años, las ambulancias se han convertido en pequeños hospitales en movimiento gracias a la tecnología y las innovaciones científicas.
La experiencia americana
El punto de inflexión se produjo a mediados de la década de 1960 en Estados Unidos.
Además, las ambulancias eran el único medio para transportar a los pacientes en horizontal hasta el hospital más cercano, acompañados de diverso personal. Los fabricantes de ambulancias eran los mismos que los coches fúnebres en los que se convertían los vehículos una vez que habían alcanzado demasiados kilómetros de uso.
En 1966, el Consejo Nacional de Investigación de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos publicó un impresionante informe sobre las muertes evitables causadas por deficiencias estructurales fuera de los hospitales y los servicios de urgencias.
El gobierno federal tomó nota de ello y dio instrucciones al Departamento de Transporte para que reorganizara los servicios de emergencia locales.
Ya en 1968 se estableció el 911 como número único para las llamadas de emergencia. El cuerpo de bomberos se convirtió en parte integrante del sistema de rescate, combinando muy a menudo aspectos técnicos y médicos. La legislación conocida como KKK (1974) reorganizó todas las ambulancias de los Estados Unidos, que se dividieron en tres tipos, según su construcción.
La Estrella de la Vida se utilizó como símbolo del SME (Servicio de Emergencias Médicas) y posteriormente se convirtió en el símbolo internacional de las emergencias.
Con el paso de los años, los vehículos se convirtieron cada vez más en centros de reanimación móviles, mientras que las maniobras de estabilización y terapia temprana comenzaron a realizarse in situ. En 1981, Rick Kendrick, un voluntario californiano, desarrolló el KED para sacar a las víctimas de accidentes.
Traslado seguro de pacientes en ambulancia: ¿Cuáles son las normas?
A lo largo de los siglos, el traslado de pacientes ha mejorado considerablemente. La seguridad del paciente es primordial y la legislación actual es muy estricta.
Llevar a cabo el traslado médico de un paciente requiere precisión y profesionalidad. La salud del paciente debe estar siempre en el centro de toda la operación.
¿Pueden los familiares entrar en una ambulancia?
En principio, los familiares no pueden subir a una ambulancia. Se aplica el Convenio de Oviedo:
«El Convenio consagra el principio de que la persona interesada debe dar su consentimiento antes de cualquier intervención, salvo en situaciones de urgencia, y que puede retirar su consentimiento en cualquier momento. Una intervención en una persona incapaz de dar su consentimiento, por ejemplo, un menor o una persona que sufra trastornos mentales, no debe llevarse a cabo a menos que produzca una ventaja real y segura para su salud».
Por lo tanto, si se trata de un menor o de un discapacitado mental, el tutor legal puede subir al vehículo de emergencia. En otros casos, sin embargo, no es necesaria la presencia de un tercero a bordo del vehículo de rescate.
Asistencia con una unidad móvil de reanimación, ¿Cuándo es obligatoria?
El sistema sanitario español también prevé varias Unidades Móviles de Reanimación (identificadas según el Comité Europeo de Normalización como Ambulancia de Tipo A). Se trata de ambulancias especiales perfectamente equipadas para el transporte de pacientes críticos.
El personal del interior está altamente cualificado y formado para el servicio de emergencia. Hay equipos electromédicos para apoyar y controlar las funciones vitales.
Esta ambulancia es obligatoria para el transporte de pacientes críticos, en caso de accidentes de tráfico o catástrofes en general. Esta ambulancia puede sustituir al helicóptero sanitario si no puede utilizarse por problemas de vuelo.
El servicio de Unidad Móvil se convierte en obligatorio para eventos y grandes reuniones.