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¿Por qué y cómo puede afectar el confinamiento a los niños?

Por qué y cómo puede afectar el confinamiento a los niños

[ 👤 Enviado por:  Carla Gutiérrez]


El confinamiento en el hogar debido a la actual pandemia de coronavirus es una circunstancia anómala que está cambiando la rutina diaria de las personas y puede generar ciertas molestias en la población.

En el caso de los niños, los efectos negativos del confinamiento pueden ser mayores debido a una serie de elementos:

  • Los niños están en proceso de desarrollo: por lo que dependen en gran medida del entorno para regular sus emociones y su comportamiento. Cuando este entorno cambia, como es el caso del confinamiento, es más probable que se detecten dificultades en la regulación de las emociones y el comportamiento.
  • Necesidad de hábitos y rutinas: las rutinas y los hábitos ayudan a los niños a regularse internamente, por lo que son especialmente sensibles cuando éstos se modifican. Por lo tanto, el confinamiento, que implica un cambio significativo en las rutinas y hábitos, tiene un mayor impacto en los niños.
  • Necesidad de actividad motora gruesa al aire libre: el movimiento es esencial para el desarrollo de los niños y les ayuda a regular sus emociones. La situación de confinamiento, especialmente en entornos urbanos, limitará significativamente la posibilidad de que los niños se muevan en espacios abiertos.
  • La necesidad de interactuar con los compañeros: la relación con otros niños es un elemento central en la vida cotidiana de los pequeños y este aspecto puede estar claramente limitado durante el confinamiento.
  • La necesidad de situaciones de estabilidad y certeza: Es importante controlar la inestabilidad y la incertidumbre para el desarrollo saludable de los niños, ya que estas situaciones generan inquietud y desconfianza. El confinamiento tiene componentes de incertidumbre que pueden causar incomodidad en los niños.

¿Qué dificultades puede conllevar el confinamiento?

Durante el encierro pueden surgir varias quejas como el aburrimiento, aumento de las dificultades para regular las emociones, episodios de ira (aumento de la irritabilidad), labilidad emocional (propensión al llanto), comportamiento hiperactivo, dificultades para seguir instrucciones, comportamiento opositor, aumento del miedo y dificultades para comer y dormir.

 

que dificultades puede conllevar el confinamiento

¿Cómo afecta el encierro a los niños de 0 a 3 años de edad?

A esta edad los niños son especialmente sensibles a los cambios en los horarios de sus necesidades básicas asociadas a sus ritmos biológicos (especialmente el sueño y la alimentación). Por lo tanto, durante el confinamiento es importante que mantenga sus horarios lo más ajustados posible.

En este grupo de edad los juegos sensoriales pueden ser un recurso importante durante el período de confinamiento.

A esta edad, los niños están descubriendo su propio cuerpo, por lo que disfrutan especialmente de las actividades sensoriales. A través de este tipo de actividades se fomenta la interacción y la comunicación, a la vez que se les ayuda a regular las emociones en los momentos de tensión.

Las actividades sensoriales pueden realizarse con materiales que tengamos en casa como: libros sensoriales, arena moldeable, rellenos de bolsas sensoriales, crema de afeitar, pintura para los dedos, burbujas o actividades de vertido y transferencia de alimentos y/o líquidos. También podemos utilizar la música como recurso sensorial, ya que los niños de esta edad la disfrutan especialmente.

La música puede ser utilizada como recurso en momentos muy diferentes, tanto para actividades activas e interactivas como para la relajación.

 

las actividades sensoriales

 

Evitar el uso de pantallas en niños de esta edad, ya que las pantallas pueden tener impactos no positivos en el desarrollo del niño si se utilizan con regularidad.

Esta recomendación será un reto durante estos días de encierro, ya que el tiempo parece moverse lentamente en estos días para los pequeños y sus hijos más pequeños pueden tener hermanos mayores que pueden querer ver la televisión o usar la tablet, el ordenador o los videojuegos.

Aprovecha los aspectos positivos del encierro: Puede utilizarlos para equilibrar los efectos negativos y prevenir posibles perturbaciones. Algunos de estos cambios positivos son:

  • Disminución del ritmo diario.
  • Aumento del tiempo de ocio.
  • Aumento del tiempo para pasar con los padres y hermanos.
  • Todos podemos beneficiarnos de este mayor tiempo juntos y podemos mejorar la cantidad y calidad de la comunicación que establecemos con nuestros hijos.

Preservar los hábitos básicos y tratar de asegurar un sueño de alta calidad y una dieta equilibrada.

Establecer un horario y rutinas diarias para ayudar a los niños a mantener un ritmo diario similar al que tenían antes del encierro.

Incluir en el horario diversas actividades, combinando actividades de ocio con hábitos de autonomía y actividades de colaboración familiar ajustadas a la edad del niño.

Puede ser útil hacer un horario visual para que los niños puedan ver las actividades que tú y ellos harán a lo largo del día. Esto puede motivarlos, involucrarlos y podrán consultar el horario fácilmente sin necesidad de que el adulto insista en todo momento en lo que debe hacer.

  • Ejemplos de actividades de ocio: recetas, artesanías, rompecabezas, construcciones, lectura de cuentos, escuchar música y bailar, juegos de mesa, juegos simbólicos e imaginarios.
  • Ejemplos de actividades de autonomía: higiene personal, vestirse, limpiar la habitación.
  • Ejemplos de actividades de colaboración familiar: poner y quitar la mesa, ayudar a cocinar, lavar la ropa, etc.
  • Evitar el uso excesivo de pantallas: como la televisión, tabletas, teléfonos móviles… y ajustarlo a la edad del niño.
  • Potenciar las actividades que impliquen movimiento (reguladas por el adulto y ajustadas a las posibilidades de cada hogar).
  • El confinamiento tiene un claro efecto en las emociones de los padres o adultos que están a cargo de los niños: En este contexto, es importante cuidar nuestras reacciones frente a los niños en momentos de tensión o desánimo, evitando los episodios de comunicación negativa.
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